La trompeta es un instrumento de boquilla en forma de taza, con un tubo
de diámetro reducido, cilíndrico en los tres primeros cuartos de su longitud
aproximadamente, que se abre luego para terminar en un pabellón de dimensiones
medianas.
Consecuencia directa de la diferencia de longitud del tubo es el
registro más agudo de la trompeta moderna, así como su sonido más brillante y
más resonante se debe a la forma del tubo, del pabellón y de la boquilla.
La historia de la trompeta se remonta a los orígenes de la historia de
la humanidad. La Biblia ofrece el testimonio de su importancia en las
ceremonias religiosas primitivas; Homero, el de su uso en la batalla. De una
época anterior a la de Homero datan las trompetas que se encontraron en la
tumba del faraón e gipcio Tutankamón (reinó de 1358 a 1353 a. C.). Su buen
estado de conservación permitió transmitir por radiotelefonía el sonido de esos
instrumentos. Cuatro siglos antes de la era cristiana, los griegos incluían
certámenes de trompeteros en el programa de los Juegos Olímpicos. En la
escultura romana se puede observar que las trompetas aparecían en todas las
procesiones. En la Edad Media este instrumento presentaba dos formas bien
diferenciadas, una de las cuales (claro) es el origen de la moderna familia de
las trompetas, y la otra (bucina) de la familia de trombones; aunque puede
considerársela también como un antecesor de la trompeta.
Tanto en la trompeta como en el caso del corno, puede usarse un tapón en forma de pera llamado sordina que se inserta en el pabellón para disminuir su sonido, o bien para producir, mediante una mayor presión del soplo, sonidos ásperos y estridentes de un timbre muy particular.
Las articulaciones doble o triple pueden conseguirse en la trompeta, y son de mayor efecto en ella que en ningún otro instrumento de viento.
PERIODO ROMÁNTICO
El Concierto Romántico:
El Romanticismo musical está relacionado con el Romanticismo, la corriente de cambios en Literatura, Bellas Artes y Filosofía, aunque suele haber ligeras diferencias temporales, dado que el Romanticismo en aquellas Artes y en la Filosofía se suele reconocer entre los años 1780 y 1840. El Romanticismo como movimiento global en las Artes y la Filosofía, tiene como precepto que la verdad no podía ser deducida a partir de axiomas, en el mundo había realidades inevitables que sólo se podía captar mediante la emoción, el sentimiento y la intuición. La música del Romanticismo intentaba expresar estas emociones.
El Músico en el Romanticismo:
La condición de músico experimenta cambios radicales respecto al siglo anterior, fruto de los agitados cambios sociales que se están produciendo. El músico pasa de estar al servicio de una corte a ser un profesional independiente. La nueva conciencia que adquiere el artista en esta nueva sociedad alcanza también a transformar la conciencia del músico, que se siente como un ser dotado de un don especial, de un halo místico. El patronazgo que la nobleza y la Iglesia tenía sobre el músico se traslada ahora al ámbito empresarial o al de las salas de conciertos. El músico compone ahora casi en toda su totalidad para la burguesía y para la clase media.
Este papel tiene mucho que ver con la visión que tiene ahora la sociedad de su producción. La música romántica deja de estar al servicio de la religión, en el mismo grado que deja de ser música de consumo o de entretenimiento de las clases nobles. Ahora, el arte tiene un sentido por sí misma, y la música es una de las más elevadas formas de expresión artística. Los compositores y los teóricos del arte, piensan que la música debe comprometer al hombre en su totalidad y, ya que luego, la condición del artista don puede ser otra que la libertad absoluta con respecto a cualquier vínculo moral y material. El músico compone a partir de ahora para él, para la eternidad, y ya no para ocasiones concretas. La música no necesitaba ser útil ni instructiva, sólo tenía que ser arte.
De este concepto vital, parte también la diferenciación que se establece en el Romanticismo, entre el músico como compositor, inspirado del espíritu del “genio”, y el músico como intérprete, bien sea profesional asalariado o bien un aficionado o diletante.
- El romanticismo respetará, por lo general, la forma en tres movimientos, aunque tenderá a unirlos, tal como hizo Beethoven en “El Emperador”.
- El concierto durante el romanticismo será, sobre todo, una pieza de lucimiento para el solista.
- La evolución del piano permite ampliar las posibilidades de este instrumento.Decaen, en cambio, los conciertos para instrumentos de viento
- Al mismo tiempo, el desarrollo de la orquesta, permite mayor juego sonoro entre el solista y las diferentes familias instrumentales de aquella
Estilo De La Época
- El músico es independiente.
- En composición hay una mayor libertad en el empleo de los intervalos y acordes.
- El esquema tonal creado por el clasicismo es disuelto.
- Las formas y los géneros tienden a mezclarse, o bien a interpretarse de forma personal por cada autor.
- La melodía como vehículo predilecto para la expresión de los sentimientos, pierde sus características clásicas de simetría, racionalidad y equilibrio.
- Fuerte explotación del timbre.
Romanticismo Solista:
Con la invención de la corneta, ésta se impondrá en la música militar y en las piezas virtuosas de salón.
El primer instrumentista que tuvo enteramente su técnica fue Jean Baptiste Arban, que en 1864 escribió un gran método que, aún hoy día, constituye un fundamento de la técnica, tanto de trompeta como de corneta.
El empleo de la corneta tuvo dos aspectos positivos: en primer lugar, el arte del solista restableció su honor, pues desde principios de siglo la trompeta no había sido utilizada más que en el seno de la orquesta (con excepción de los raros conciertos del XIX); y, por otro lado, la corneta obligó a la trompeta digamos a modernizarse, o sea, a adoptar la afinación en si bemol (Bb).
También Herbert Lincoln Clarke destacó, descubriendo por uso personal la respiración diafragmática. El repertorio de estos solistas se componía de innumerables piezas con una sola forma musical: el tema con variaciones, muy típico en la época con un gran uso del rubato y una gran libertad rítmica.
La aparición de los pistones y la corneta modificará la escritura, tratándola de manera virtuosa. Como ejemplos tenemos el Concierto en mi menor (Op. 18) de Oskar Böhme, que hace un gran uso de seisillos y septillos de semicorcheas; las Variaciones en sol de Conradin Kreutzer, donde no hubo un gran cambio en la escritura, usando la forma del tema con variaciones; Légende de George Enescu, breve fragmento rapsódico reflejo de la intimidad de la vida musical de los compositores franceses de la época
y con un gran lirismo y una cualidad cantante cercana al violín, introduciendo la libertad de las ideas románticas: Carl Hönne con su Slavische fantasie y John Hartmann con la Fantasía brillante on the air ‘Rule Britannia’ de temas populares.
CARACTERÍSTICAS DE LA ESCRITURA E INTERPRETACIÓN DEL REPERTORIO ROMÁNTICO
- Llamadas, notas largas y acompañamiento muy rítmico con uso regular del staccato (Schubert, Schumann, Brahms, Berlioz y Mendelssohn).
·
Ampliación del registro y cromatismo
- Diseños melódicos menos regulares que en el Clasicismo, melodías expresivas, ritmos más complejos y diseños persistentes. Rigidez objetiva,pureza y máxima e expresividad (Chabrier, Bizet, Berlioz).Grandes contrastes tímbricos y dinámicos y Nuevas palabras para indicar los deseos del autor.
- Con el cromatismo wagneriano, la melodía infinita es desarrollada incluso en piano (leitmotiv).
- Wagner aplicó la noción de «entrada inaudible», por la que el crescendo orquestal se realizaba a través de las diversas entradas de los distintos instrumentos unos tras otros en pianissimo, aunque esto tenía podía tener un efecto secundario desagradable, que era la imprecisión de ciertas notas y el hinchamiento del sonido.
- Otra particularidad aparece por las notas breves producidas por un golpe de lengua rápido, ya que la orquesta se agranda y se llega a veces a la confusión general, pues las figuras rápidas no se llegan a oír con precisión.
- Los operistas utilizan melodías con sentido completo, con temas por la trompeta
- Actualmente la mayoría de estas partes para trompeta en fa o corneta, se interpretan con trompeta en do o si bemol, o incluso con corneta de pistones.
CONCIERTO PARA TROMPETA OSCAR BOHME
“¿Hasta qué nota llegas?”.
Tomado de:
(http://www.trumpetland.com/index.php?section=articles&cmd=details&id=57)
Seguro que has escuchado alguna vez esta pregunta. O, quizás, tú
mismo la hayas pronunciado alguna vez.
Cuando la escuchamos —o la leemos— pensamos en la parte de arriba del pentagrama, ¿no es así? Nos interesa especialmente el registro agudo de la trompeta.
Es un reto, una quimera, un anhelo y, muchas veces, una utopía. Queremos subir tanto como se pueda, quién sabe por qué.
Porque es necesario para tocar algunos estilos, porque es complejo y significa un desafío para uno mismo, porque nos gusta, porque otro compañero toca agudos y nosotros también queremos, porque el mundo —microcontexto de la trompeta— lo valora y así nos sentimos parte de él, porque nos permite destacar dentro de un grupo, para ligar, para “vacilar”, para “chulear”, por cuestiones acústicas y psicoacústicas, etc. No sé, por alguna de esas cosas queremos subir tanto como se pueda.
Cuando la escuchamos —o la leemos— pensamos en la parte de arriba del pentagrama, ¿no es así? Nos interesa especialmente el registro agudo de la trompeta.
Es un reto, una quimera, un anhelo y, muchas veces, una utopía. Queremos subir tanto como se pueda, quién sabe por qué.
Porque es necesario para tocar algunos estilos, porque es complejo y significa un desafío para uno mismo, porque nos gusta, porque otro compañero toca agudos y nosotros también queremos, porque el mundo —microcontexto de la trompeta— lo valora y así nos sentimos parte de él, porque nos permite destacar dentro de un grupo, para ligar, para “vacilar”, para “chulear”, por cuestiones acústicas y psicoacústicas, etc. No sé, por alguna de esas cosas queremos subir tanto como se pueda.
La dichosa preguntita “¿hasta qué nota llegas?” se orienta habitualmente
hacia esos sonidos inalcanzables por lo altos que están, hacia una especie
de séptimo cielo trompetístico.
Alcanzarlos es tocar ese cielo por un momento, da igual si un diente está a
punto de saltar. Además, cuando escuchamos a otro compañero que toca más agudo
—cosa bastante fácil hoy en día, con las redes sociales— de repente nos damos cuenta
de que no estamos en el séptimo cielo sino en el cuarto, así que… vuelta al
anhelo.
Ese anhelo es el que nos empuja a
estudiar con empeño, pero es el mismo que nos lleva a la desilusión o la
frustración cuando no lo conseguimos. En ese
momento en el que el agudo simplemente se nos resiste, aparecen muchos
pensamientos que podemos agrupar por ahora en dos: “no sirvo para eso, simplemente no lo tengo y ya está” o bien “todavía no puedo, debo encontrar las herramientas
para conseguirlo”.
Pensar “yo no sirvo
para los agudos” nos llevará a abandonar el estudio por un
rato, pero es tan grande la ilusión y la pasión hacia nuestro instrumento —y
el sex-appeal de los agudos— que lo
intentaremos una y otra vez más adelante. Y, si de nuevo se nos resiste y
volvemos a caer en la casilla “no sirvo para eso”, estaremos
caminando en círculos, cansándonos para nada. Así que más vale que trabajemos
sobre la segunda opción: “de momento no me sale”. Será entonces cuando iniciaremos una
búsqueda apasionante.
MUY INTERESANTE EL BLOG!
ResponderEliminar<3>
Gracias niña linda
ResponderEliminar